Biden imprimió un lenguaje más suave y dio ‘la bienvenida’ a los migrantes, y muchos consideraron que era el momento ideal para irse a Estados Unidos.
Malentendieron que la protección no era para quien busca ingresar por primera vez, sino para el migrante ilegal que ha vivido en la Unión Americana durante algún tiempo.
Ciudad de México, 16 de febrero de 2022.-
El ajuste al endurecido discurso contra los migrantes en la administración de Donald Trump, la implementación del programa “Remain in Mexico” (que obliga a los solicitantes de asilo a esperar el trámite en nuestro país), así como el “Título 42” (norma de salud pública empleada para devolver a las familias que llegan a la frontera por riesgo ante la pandemia), y el posicionamiento hacia las elecciones intermedias de noviembre, incidieron para alcanzar una marca histórica de detenciones.
Lo anterior, de acuerdo con Paz Consuelo Márquez-Padilla, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, al referirse a los 1.7 millones de detenciones, cifra que según el gobierno de Joe Biden logró durante el año fiscal 2021.
“Biden imprimió un lenguaje más suave y dio ‘la bienvenida’ a los migrantes, y muchos consideraron que era el momento ideal para irse a Estados Unidos. Malentendieron que la protección temporal (lo que era el programa ‘Remain in Mexico’), no era para quien busca ingresar por primera vez, sino para el migrante ilegal que ha vivido en la Unión Americana durante algún tiempo”, precisó.
Además, aumentó el flujo de connacionales porque en la víspera Donald Trump impuso un lenguaje contra ellos y eso afectó. Aunado a lo anterior, se robusteció la migración de ciudadanos de Haití y Venezuela, seguida de Guatemala y Honduras.
El Título 42, estatuto de salud pública y bienestar promulgado en 1944, determina si una enfermedad contagiosa en una nación extranjera representa un grave peligro de propagación en el vecino país del norte, ya sea por personas o bienes que ingresan.
Por ello, en nombre de la “salud pública” se cerró la frontera a migrantes, razón por la cual son expulsados de inmediato “para evitar la propagación de la COVID-19”.
El presidente Joe Biden, indicó Márquez-Padilla, pidió deportar con urgencia solo a quienes representen una amenaza a la seguridad; sin embargo, la medida continúa con el argumento de que provienen de lugares donde la emergencia sanitaria es muy fuerte.
La investigadora del CISAN añadió: “por supuesto ha aumentado el número de quienes buscan ingresar a territorio estadounidense, ante las consecuencias arrojadas por la pandemia en sus lugares de origen: precarización, violencia, inseguridad y crisis económica”.
Año electoral
Ante esta situación, el mandatario norteamericano ha recibido diversas críticas de integrantes del Partido Republicano y de sus adherentes del Partido Demócrata.
“Los propios demócratas se sienten desilusionados porque no ha hecho suficiente, pero por otro lado los republicanos creen que no está realmente aplicando la ley, que no ofrece la seguridad que se requiere en la frontera”, insistió la experta universitaria.
No hay que perder de vista, abundó, que en noviembre habrá elecciones “Midterm” (intermedias) legislativas, y entonces esto tiene una connotación política.
“Biden no quiere hablar tanto de la protección de los migrantes, de la trayectoria a la ciudadanía que prometió; todo eso se ha quedado parado en el Congreso, porque no desea que los republicanos tengan una bandera para recuperar el parlamento”, recalcó Márquez-Padilla.
En contraste, el desempleo ha bajado, nos referimos al menos a seis millones de plazas ante la renuncia y retiros de los empleados estadounidenses. Debido a lo anterior, aumentaron las visas H2-B, correspondientes a trabajadores que están en áreas no agrícolas, por lo que paradójicamente es un momento de oportunidad para el trabajo, pero debe hacerse con temporalidad, orden y beneficio para ambos países, concluyó.