El país asiático lleva a cabo un corte de caja de éxito, orgullo, recuperación y revitalización.
En 40 años su PIB creció 95 veces, añadió.
Ciudad de México, 26 de enero de 2022.-
Mientras en el mundo occidental aumenta la incertidumbre económica y social durante el cierre de 2021 y el inicio de 2022 en una situación de pandemia, para China este lapso significa un momento de buenos resultados y de celebración, afirmó el investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, Arturo Oropeza García.
Entre los logros está la conmemoración, el año pasado, de los 100 años del Partido Comunista de China (PCCh) y la preparación de los Juegos Olímpicos de Invierno, que se celebrarán en Beijing en febrero de 2022. Además, en el periodo referido se consolidó un proyecto económico-político que desde hace poco más de cuatro décadas sigue rindiendo resultados positivos.
“Lo anterior no está exento de la conciencia del importante momento que viven respecto de sus retos internos y de su posicionamiento con el mundo, especialmente con Estados Unidos. Pero, en general, el corte de caja que están haciendo es de éxito, recuperación, rejuvenecimiento y revitalización de su proyecto nacional”, explicó.
El especialista en el tema añadió que en esta nación se registra un desempeño económico exitoso, al tiempo que continúa la consolidación de una estructura política interna que le otorga fortaleza y estabilidad de cara a los retos de la confrontación de liderazgos geopolíticos, tanto con Estados Unidos como con el mundo desarrollado en general.
El Banco Mundial previó en su informe Perspectivas Económicas Mundiales que la economía global se expandiría 5.6 por ciento en 2021, pero el repunte no abarcó a los mercados emergentes. Los dos países que lideran esa recuperación y que más se han beneficiado son Estados Unidos y China. El primero creció 6.8 por ciento, mientras que el segundo expandió su economía 8.5 por ciento.
Para Oropeza García los resultados deben observarse más allá de la respuesta a la pandemia, a la luz de lo sucedido en esta nación asiática durante los últimos 40 años: “En la cuestión económica, si bien en 2020 y 2021 hay una disminución en el crecimiento, hoy están registrando una importante recuperación. Desde la primera reforma y apertura que operó China en 1978, hasta 2018, tenemos que su producto interno bruto ha crecido 95 veces, mientras el de Estados Unidos ocho veces. Ese es el tamaño del éxito económico”.
El investigador comentó que mientras en EU, Australia, Holanda, Bélgica y Francia hay protestas callejeras para no vacunarse, en Asia Oriental (en especial China, Corea y Japón) existe un compromiso con el otro, una responsabilidad moral para la familia y su sociedad.
Xi Jinping mantiene estabilidad
Oropeza García subrayó que el PCCh en noviembre revisó la historia de la nación oriental, y destacó el “papel de guía” del pensamiento de Xi Jinping -presidente de la República Popular China a partir de marzo de 2013- sobre el socialismo con características chinas para la nueva era.
“Esto refleja la voluntad común del Partido, las fuerzas armadas y los chinos de todos los grupos étnicos, y tiene una importancia decisiva para hacer avanzar la causa del Partido y del país en la nueva era, y para impulsar el proceso histórico de la revitalización nacional”, consideró.
El especialista detalló que esta revisión fue considerada en occidente como una imposición de Xi Jinping, a fin de afianzar su poder con miras a una posible ampliación del mandato en noviembre de 2022.
Dijo que es una lectura que parte del desconocimiento y desprecio respecto a China a partir del siglo XVII, sobre su cultura y formas milenarias en la construcción del poder político, el cual se aglutina en la figura de un líder con poderes sin limitación alguna, como resultado de una reflexión filosófica que estimó que la construcción de un orden moral, a través de una figura central del poder, era un requisito necesario para crear un Estado estable y ordenado.
Opinó que Xi Jinping podría mantenerse diez años más como mandatario, lo que representaría firmeza política, elemento esencial para el progreso económico y social.
“También significa una mayor estabilidad para continuar con un proyecto nacional que desde 2013 descansa de manera importante en el plan Made in China 2025, 2035 y 2045. En esos tres escenarios está un proyecto que va caminando de manera exitosa, sobre todo en los temas tecnológicos” anotó.
En 2013 también lanzaron el proyecto geopolítico y geoeconómico -con 70 países- de la Nueva Ruta de la Seda con seis corredores económicos internacionales.
Para concluir, Arturo Oropeza señaló que el reto para Estados Unidos y occidente en general, pasa por mejorar el conocimiento histórico de la identidad China; por este espejo global, y revisar las fortalezas y debilidades de un occidentalismo liberal que ante la pandemia ha dejado en claro sus déficits económico, político y social.