Innovaciones de la UNAM en favor de la salud son galardonadas por CANIFARMA

La investigación científica y el desarrollo, tarea indispensable para el crecimiento del sector industrial y farmacéutico: Miguel Lombera González.

El uso de nanopartículas mejoran la liberación de medicamentos, aseguró Luis Eduardo Serrano Mora.

La pandemia del SARS-CoV-2 no será la última que vea la humanidad, advirtió Luis Alfonso Vaca Domínguez.

Araceli Bobadilla Sandoval y sus colaboradores identificaron un posible blanco terapéutico para reducir la inflamación renal.

Ana Brígida Clorinda Arias Álvarez y su equipo realizaron trasplantes de mitocondrias que coadyuvarán contra el Alzheimer.

Ciudad de México, 18 de noviembre de 2021.-

Investigaciones universitarias que ayudarán al desarrollo de una vacuna contra el SARS-CoV-2, el trasplante de mitocondrias para combatir Alzheimer, evitar la inflamación renal, así como nanopartículas para reducir el uso de medicamentos contra padecimientos cardiovasculares, fueron reconocidas con el Premio CANIFARMA, que otorgó la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica, en su edición 2021.

Esta distinción, cuya primera convocatoria fue en 1974, tiene el objetivo de vincular el quehacer de la comunidad científica de México con el progreso del sector farmacéutico, y estimular que se realice investigación clínica básica, científica y tecnológica relacionada con medicamentos, dispositivos médicos y desarrollos tecnológicos de uso humano y veterinario.

El presidente del Consejo Directivo de CANIFARMA, Miguel Lombera González, comentó que son más de 40 años que este organismo reconoce el talento de la comunidad científica mexicana y forja un sólido vínculo entre ambas partes.

“No cabe duda que la investigación científica y el desarrollo son punto de partida y tarea indispensable para el crecimiento del sector industrial y farmacéutico, pero más importante aún es su estrecha relación con la búsqueda de tecnologías dirigidas a prevenir, preservar y restaurar la salud de las personas y, con ello, colaborar estrechamente con el Sistema Nacional de Salud en la procuración de mejores condiciones de vida de México. Así, este sector, consciente de su relevante papel social, busca permanentemente ofrecer a la población las mejores y más avanzadas opciones terapéuticas”, aseguró.

En esta edición, cuatro de los seis premios entregados fueron para esta casa de estudios: en el área de Tecnología, por el desarrollo de nanopartículas, para Luis Eduardo Serrano Mora, de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FES) y Luis Alfonso Vaca Domínguez, del Instituto de Fisiología Celular (IFC); en Ciencia Básica fue para Norma Araceli Bobadilla Sandoval y Ana Brígida Clorinda Arias Álvarez, ambas del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm).

En la ceremonia de premiación, realizada por primera vez a distancia, estuvieron también el coordinador de Proyectos Académicos de la UNAM, Jaime Martuscelli Quintana; el director General de CANIFARMA, Rafael Gual Cosío, y el representante de la Academia Nacional de Ciencias Farmacéuticas, Edilberto Pérez Montoya.

Nanopartículas

El primer lugar en Tecnología correspondió a Serrano Mora, candidato a doctor de la FES Cuautitlán, quien desarrolla nanopartículas de aceite de arroz y aguacate que pueden llevar de forma más eficiente medicamentos para auxiliar a quienes presentan problemas de arterioesclerosis.

En 2019, la primera causa de muerte en México, comentó, estaba relacionada con isquemias que se asocian con arterioesclerosis y, a su vez, con altas concentraciones de colesterol en sangre que pueden ser por diferentes factores, principalmente estilos de vida que afectan a la población mexicana.

El tratamiento para este problema es el uso de estatinas, que incluyen compuestos como la Atorvastatina, un fármaco útil pero por cada 100 mg que se ingieren solo 12 llegarán a su objetivo, lo demás se elimina, fundamentalmente en el hígado. La propuesta del científico universitario implica el uso de nanopartículas para mejorar la liberación que permiten que llegue hasta el 100 por ciento del medicamento, lo cual tendría gran impacto económico y para la salud, porque se reduce la dosis.

Serrano Mora precisó: al disminuir la cantidad de fármaco sucede lo mismo con las posibilidades de efectos secundarios (como la miopía); los aceites o lípidos utilizados se sabe que también aminoran la concentración de colesterol en sangre, por lo que esperan un mejor efecto y mayor eficiencia terapéutica.

Vacuna contra SARS-CoV-2

Luis Alfonso Vaca Domínguez y su equipo en el IFC trabajan desde hace 20 años con nanopartículas para vacunas con una fecha de caducidad mayor respecto a las que existen hoy en día, y fue probada al elaborar un biológico contra el SARS-CoV-2, el cual en animales muestra gran eficiencia. Su trabajo obtuvo el segundo lugar en Desarrollo Tecnológico por ofrecer fácil producción y purificación, no requerir refrigeración o congelación, lo cual reduciría su costo hasta en 70 por ciento.

Vaca Domínguez afirmó: Podemos producir vacunas de forma muy rápida, de tal manera que si surgieran nuevas variantes podríamos generar la respuesta a ellas. Esta no será la última pandemia que vea la humanidad, seguramente surgirán otros virus y México debe estar preparado con tecnología de punta para responder a crisis sanitarias y emergencias con mayor eficiencia y rapidez, con tecnologías propias y elaboradas en nuestro país.

En el laboratorio demostró su efectividad en ratones al neutralizar la acción del virus SARS-CoV-2 e inclusive funciona con la variante Delta. Debido a que la fase clínica implica probarla en humanos, se requieren inversiones de millones de dólares y no es fácil que la UNAM pueda llevarlo a cabo, por eso se requiere transferir la tecnología a una compañía farmacéutica y, posteriormente, se podría obtener el permiso de la COFEPRIS para comercializarla, precisó el científico.

Lesión renal

Un trabajo que ayudará a las personas con lesiones renales agudas lo lleva a cabo la experta del IIBm, Norma Araceli Bobadilla Sandoval, quien obtuvo el segundo sitio en Investigación Básica. Ella estudia una enzima llamada Sirtuina 7 (S7) y cómo su deficiencia o falta reduce la inflamación y el daño inducido por un episodio.

La familia de las Sirtuinas, detalló, es relacionada con el cambio y transcripción de genes. Se identificaron siete miembros que difieren en su estructura molecular y localización en la célula, de los cuales la menos estudiada es la 7; se sabe que tiene la capacidad de influir en el envejecimiento celular, el aumento de la supervivencia, y puede tener efecto en procesos de hipoxia (falta de oxígeno).

La investigadora comentó que en el laboratorio se probó que la deficiencia de S7 protege contra el daño producido por la isquemia, al reducir la albuminuria, el daño tubular, la elevación de citocinas pro-inflamatorias y disminuir la infiltración de células inmunes, lo cual podría ser un posible blanco terapéutico para acortar la inflamación renal.

“La gran ventaja es que actualmente se cuenta con un inhibidor para sirtuina 7 que se ha probado in vitro y no tardarán en conocerse los estudios in vivo, incluso llegar hasta el paciente. Si logramos evitar la inflamación renal que se da durante un daño, o lesión renal aguda, esto puede tener un impacto muy importante, pues la lesión renal aguda puede llevar a lesión renal crónica”, externó Bobadilla Sandoval.

Mitocondrias vs Alzheimer

Mejor conocidas como las centrales energéticas para la célula, las  mitocondrias podrían ser la clave para auxiliar a pacientes con Alzheimer, revela un estudio encabezado por Ana Brígida Clorinda Arias Álvarez, del IIBm, quien consiguió la tercera posición en la categoría de Investigación Básica.

La especialista expuso que en un trabajo previo su equipo determinó que en las terminales sinápticas, donde ocurre la comunicación entre las neuronas, las mitocondrias disminuyen su funcionalidad, es decir, se deterioran.

César Espino de la Fuente, alumno de doctorado, le propuso realizar un trasplante de mitocondrias sanas para reestablecer la producción de energía que requieren las neuronas para funcionar. Se enfocaron en un cultivo de neuronas del hipocampo, región vulnerable donde las pusieron con mitocondrias exógenas y encontraron que se incorporan a la red neuronal y aumentan su funcionalidad.

“Tenemos experimentos preliminares ya in vivo, en ratones, y el siguiente paso es usar ratones que expresan proteínas relacionadas con la demencia de Alzheimer. Los primeros resultados in vivo son muy alentadores, porque encontramos la incorporación de mitocondrias exógenas en el tejido cerebral de ratones sanos, particularmente en el hipocampo”, aclaró Arias Álvarez.

La investigadora del Departamento de Medicina Genómica y Toxicología Ambiental argumentó que existe evidencia del uso de mitocondrias sanas en el tejido cardíaco de niños nacidos con problemas serios de isquemia, en quienes se observó mejora en la contracción cardíaca.

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