Ciudad de México, 7 de enero de 2025.-
Facilitan estudios taxonómicos, genéticos, moleculares y ecológicos, explicó Frank Raúl Gío Argáez.
Legado de nuestro entendimiento sobre el medio marino y los sistemas acuáticos continentales, las colecciones del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM tienen un valor fundamental en la investigación, educación y difusión del conocimiento científico, enfatizó el secretario académico de esa entidad, Frank Raúl Gío Argáez.
Tesoros de conocimiento, memoria y evidencia de los ecosistemas marinos representan un registro invaluable de la biodiversidad y la geodiversidad de México, encapsulando en cada espécimen; son fragmentos de la historia natural de nuestro territorio, agregó.
En la reunión técnica “Pasado, presente y futuro de las colecciones del ICMyL”, dijo que este acervo no se limita a ser un archivo histórico, también es la materia prima para generar nuevas preguntas y descubrir respuestas innovadoras en la ciencia.
Gío Argáez afirmó que a partir de la perspectiva de la investigación estas colecciones son fundamentales para describir y entender la variabilidad de las especies, sus adaptaciones y la relación con su entorno.
“Facilitan estudios taxonómicos, genéticos, moleculares y ecológicos”. La información derivada permite desarrollar estrategias de conservación y fundamentar políticas públicas, ya que ayudan a identificar las áreas más críticas para la preservación de la biodiversidad y a entender los factores que impulsan la vulnerabilidad de los ecosistemas, anotó.
Respecto al ámbito de la educación, el biólogo, doctor en Ciencias, experto en micropaleontología, investigador del ICMyL y profesor de la Facultad de Ciencias detalló que las colecciones marinas son una herramienta insustituible para la formación de las nuevas generaciones de científicos.
“La experiencia directa de trabajar con especímenes reales permite a los estudiantes desarrollar habilidades de identificación y clasificación, comprender la complejidad inherente a los sistemas naturales y adquirir una visión integral de los procesos evolutivos”, destacó.
Estas compilaciones actúan como laboratorios vivos, formando estudiantes en términos de conocimiento teóricos y también en habilidades prácticas esenciales para su desarrollo académico y profesional.
Al referirse a la difusión del conocimiento, el científico comentó que este acervo permite que la sociedad conozca la riqueza de nuestros mares y cuerpos de agua.
La divulgación científica apoyada en colecciones facilita el acercamiento de la ciencia a la población, fomentando conciencia crítica y respeto profundo hacia los recursos naturales, argumentó.
De acuerdo con Gío Argáez, la responsabilidad de los científicos radica en transmitir, de forma clara y accesible, su valor para que las futuras generaciones se sientan comprometidas a proteger nuestro patrimonio natural.
El especialista resaltó el papel de las y los curadores, quienes tienen la responsabilidad de preservar y enriquecer la colección, una tarea que implica actividades como la conservación preventiva de cada espécimen y la documentación exhaustiva de los ejemplares, generando bases de datos precisas y confiables que puedan ser utilizadas por investigadores.
En este acervo del ICMyL se agrupan las colecciones: Malacológica (de moluscos); Nacional de Equinodermos (con especies como estrellas y erizos de mar); de Isópodos Epicarideos (crustáceos como los langostinos); y la Regional de Invertebrados Marinos (que contiene medusas, corales y esponjas de mar, entre otras especies).
También la Ictiológica (de peces); de Arena de dunas en costas y desiertos de México y el extranjero; Nacional de Anélidos Poliquetos (con gusanos y larvas marinas, entre otros); además de la de Copépodos (una clase de crustáceos que forman parte del zooplancton). De cada una se ofreció una ponencia con la persona responsable de su curaduría.