Galletas Gamesa: una historia de calidad e ingredientes producidos en México

Ciudad de México, 3 de septiembre de 2024.-

PepsiCo México tiene cinco plantas dedicadas a Gamesa, las cuales producen 8 500 toneladas de galletas que se distribuyen semanalmente.

520 tráileres transportan diariamente galletas a todos los rincones de México.

Del total de la producción de galletas Gamesa, 11 % se exporta a Estados Unidos y varios mercados de Centroamérica y el Caribe.

De las 15 plantas de PepsiCo México, cinco están dedicadas exclusivamente a la producción de galletas Gamesa. Las instalaciones se encuentran en Monterrey, Celaya, Mérida, Ciudad Obregón y Ciudad de México. Precisamente de estas plantas provienen las 8 500 toneladas de deliciosas galletas que se distribuyen semanalmente a las mesas de consumidores en todo el país.

La compañía es fuente de empleo directo para más de 51 mil personas en México. Aunado a ello, su consumo de productos agrícolas ayuda a crear más de 40 mil empleos en dicho sector. Desde 2021, y en alianza con Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), se ha dado a la tarea de promover prácticas agrícolas sustentables entre productores de trigo del Bajío mexicano, por medio del programa Agriba Sustentable.

“La historia de Gamesa empieza en el campo mexicano —con los productores de trigo—, se consolida en las plantas y en los centros de distribución, y pasa por más de un millón de tienditas para llegar a las mesas de las familias mexicanas. Estamos a la vanguardia en temas como innovación de horneado y sustentabilidad, pero las personas involucradas en su elaboración son el centro y corazón de esta compañía y sus plantas”, mencionó Roberto Martínez, presidente de PepsiCo México.

El proceso que se realiza en las más de 50 líneas de producción de la marca comienza con la recepción de las materias primas, a partir de la validación de los ingredientes que se utilizan en la elaboración de las galletas. Posteriormente, las materias primas se almacenan en cuartos, tanques y depósitos para mantenerlas en condiciones óptimas para ser utilizadas. El siguiente paso consiste en el amasado, en el que los ingredientes más sensibles son agregados por los maestros galleteros, mientras que los ingredientes de mayor volumen se añaden automáticamente a las amasadoras.

Cuando el amasado termina, la masa es transportada a unas máquinas que utilizan un sistema automático de rodillos reductores que la laminan hasta alcanzar un grosor aproximado de un milímetro. El paño de masa se corta con moldes y, en ese momento, se imprime la imagen distintiva de cada una de las galletas Gamesa. Antes de que las galletas entren al horno, se les da una delicada capa de brillo lácteo.

Al salir del horno, los maestros galleteros utilizan instrumentos de calidad específicos para checar que las galletas cumplan con las mejores características y así garantizar consistencia en la calidad. Después, las galletas deben enfriarse hasta alcanzar una temperatura adecuada que permita empacarlas. Este proceso se hace con bandas transportadoras que se integran a un sistema automático de guías y que conducen el producto hasta el área de empaque.

Para el empacado se colocan las galletas a manera de rollos, una tras otra, dentro de un empaque que garantiza su frescura. Después se hace una última verificación para garantizar el peso neto y la hermeticidad del empaque, y finalmente se colocan los paquetes individuales dentro de cajas de cartón reciclado que son llevadas a los centros de distribución.

Una pieza clave en la producción de galletas Gamesa son los maestros galleteros, responsables de desarrollar productos y conocer los equipos, las materias primas y las fórmulas, así como de enseñar a los demás cómo mantener la calidad y consistencia en todos los procesos. Esta posición es piedra angular para la compañía, ya que se valora enormemente el conocimiento y la experiencia que dan los años de trabajo. Uno de ellos es Octavio Bustos, maestro galletero internacional de la planta de Vallejo, en Ciudad de México. Ha estado en Gamesa por casi medio siglo: entró a los 27 años como ayudante general y pasó por todos los puestos de producción hasta que, en 1992, fue distinguido como maestro galletero.

“Aunque cada galleta tiene una fórmula definida, se tienen que hacer adecuaciones por los cambios de clima y de acuerdo con cada planta. No es lo mismo fabricar una galleta en Ciudad de México, que está a 2 200 metros de altitud, que en Mérida, que está a nivel del mar”, mencionó don Octavio, maestro galletero internacional.

Las plantas de galletas Gamesa son el punto de partida de productos que disfrutan millones de familias en todo el país, desde el sureste de México, donde se consumen más los productos salados, hasta el norte del país, que prefiere los más dulces. PepsiCo México los elabora mediante procesos artesanales, sustentables y que emplean a miles de colaboradores en todo el país.

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