Ciudad del Carmen, Campeche, 22 de agosto de 2024.-
Por malos manejos de sus directivos, actualmente tiene deudas por más de 3 mil millones de pesos.
Por: Redacción
La Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR) atraviesa una difícil situación, pues actualmente por los malos manejos arrastrados desde gestiones anteriores, tiene adeudos de más de tres mil 350 millones de pesos.
La UNACAR debe alrededor de tres mil millones por falta de pagos de impuestos al SAT de 2011 y 2014, lo que generó intereses y multas multimillonarias durante la gestión de Sergio López Peña.
Además, el pago de 335 millones de pesos al Instituto de Aguascalientes de la Secretaría de Educación de ese estado y el desfalco al fideicomiso de jubilados de la UNACAR que obliga a buscar seis millones de pesos mensuales.
Ante este panorama, la comunidad universitaria y Carmelita se ve en la encrucijada de quitarse el lacerante lastre de una política neoliberal y conservadora que rigen y gobiernan las Universidades y de manera muy perjudicial la de estar en el Golfo de México.
Sin embargo, los afectados aseguran que la Rectora Sandra Laffon Leal no ha podido darle solución al problema, y tan solo a ex trabajadores sindicalizados, jubilados y pensionados, se les debe entre 7 y 10 quincenas.
Los afectados aseguran que Laffon Leal muestra incapacidad para resolver la problemática, pues la UNACAR solo les ha realizado pagos parciales, sin que hayan timbrado los recibos de nómina, lo cual han solicitado en reiteradas ocasiones, pues tienen que presentar sus declaraciones ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Esa inacción preocupa a la base trabajadora, activa, jubilados y pensionados, así como al Sindicato de Trabajadores de la UNACAR, a lo que se suma que la actual Rectora, Sandra Laffon Leal, no ha presentado ningún plan a corto, mediano o largo plazo para solucionar la problemática.
Ante esto, aseguran que no habría traicionado a la 4T o la gobernadora Layda Sansores San Román, porque simple y sencillamente nunca ha estado ni estará, ni tampoco su familia que también están incrustados y viven desde hace décadas de la UNACAR, en ese grupo político.
En el transcurso de la historia de la UNACAR, cada vez más alejado de su función social para la población a la que deben servir, quienes han estado al frente de esa universidad, se han ocupado de saquear sus arcas.
Más allá de lo anterior, sus miles de trabajadores, como la gran mayoría de la sociedad mexicana, han puesto sus sueños y esperanzas en un cambio y que, los últimos resultados electorales así lo señalan, han impulsado una verdadera mudanza de todas las estructuras socioeconómicas de nuestro país sin que queden rezagadas las instituciones educativas de los niveles medio y superior y especialmente esta inhumana perpetuidad del pasado.
Universidades como ésta, continúan caminando por el lado contrario a la voluntad del pueblo y de sus mismos trabajadores con tal de tapar la coladera de la verdad histórica administrativa. Más lamentable es que en pleno Siglo XXI y a seis años del cambio histórico de la Cuarta Transformación, a los que no piensan, no avalan y no apoyan a los altos directivos empanizados del pensamiento del pasado, son relegados, señalados, discriminados y perseguidos mientras esos mismos altos directivos Universitarios, es sabido y se vio que apoyan e impulsan en el reciente pasado ejercicio democrático del país, intereses ajenos a la mayoría de su población y de la ciudadanía mexicana.
Más allá de un Humanismo mexicano, urge en esta sociedad carmelita, a su comunidad universitaria rescatarla de este inhumano trato y escuchar el reclamo que al interior de la misma, silenciosamente se escucha por el saqueo, aprovechamiento, corrupción, despojo, mal trato de que son víctimas muchos seres humanos en perjuicio del ser más importante que es el alumnado y conocido es que con recursos y universitarios han sido políticamente manipulados.
Los trabajadores, jubilados, pensionados e incluso alumnado en estos últimos años a la sociedad mexicana les ha pedido un esperanzador S.O.S.
Es momento de escucharlos ya que es probable que mañana sea demasiado tarde, mientras quienes se han servido de la UNACAR han asegurado el futuro de sus hijos, nietos y bisnietos mientras la humilde clase trabajadora, en ocasiones, no tienen ni para comer.