Mérida, Yucatán, 30 de mayo 2024.-
La única forma de reducir los riesgos a la salud es no consumirlos, afirman.
Los vapeadores implican un riesgo a la salud mayor para la población más joven, pues la actividad de promoción a este sector se ve reforzada a través de la gran cantidad de sabores que se ofrecen, advirtió la responsable del Programa Institucional Espacio 100% Libre de Humo de Tabaco y Emisiones de la UADY, Nahomi Trejo Várguez.
Afirmó que la única forma de reducir los riesgos a la salud asociados por fumar, por utilizar productos de tabaco o con nicotina es no consumiéndolos y apegarse a los factores protectores que posee cada individuo.
El impacto a la salud por el consumo de los cigarros electrónicos, su venta ilegal, así como su historia fueron algunas temáticas que expuso durante la conferencia “Mitos y realidades del consumo de vapers” ante estudiantes del Centro Escolar “Antonio Betancourt Pérez”, como parte de las actividades de Prevención de Adicciones que durante mayo realiza la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
Durante la charla, Trejo Várguez alertó sobre que el vapor producido por estos dispositivos contiene al menos 33 componentes que están ocultos y son peligrosos para la salud y puede tener efectos adversos en el organismo.
Además, continuó, muchos de los aromas utilizados pueden contener sustancias químicas que dañan a los pulmones y el sistema cardiovascular.
“Un estudio del 2022 indicó que quienes intentaron dejar de fumar a través del vapeo arrojaron que el 81 por ciento regresó al cigarro combustible, el 2 por ciento se mantuvo con el vapor, el 12 se convirtieron en fumadores duales y solo el cuatro por ciento cesó su consumo”, detalló.
Al relatar la historia del vapeo dijo que existe desde los años sesenta cuando Herbert A. Gilbert inventó un artefacto mecánico que tenía por función sustituir el consumo del cigarrillo tradicional, en ese momento no se contaba con la tecnología adecuada y la patente quedó en archivo.
Más adelante, continuó, el cigarrillo electrónico moderno fue introducido en 2003 por el farmacéutico chino, Hon Lik, que utilizaba una batería para calentar un líquido con nicotina que producía un vapor que se podía inhalar y su intención era ayudar a las personas a disminuir el consumo dicha sustancia.
“Desde el punto de vista en ingeniería y diseño, este dispositivo revolucionó la industria del consumo de nicotina a través de vapor”, señaló.
Sin embargo, la especialista explicó que a pesar de los daños que ocasiona y de la escasa regulación sanitaria, la popularidad del vapeo ha crecido rápidamente en los últimos años y cada vez más personas caen en la creencia de que son artefactos seguros y lo utilizan como alternativa a fumar cigarros, también impulsado por la comodidad y la rentabilidad de los mismos, así como por la amplia gama de sabores disponibles.
Por último, aseveró que la mayoría de los vapeadores provienen del mercado negro e ilegal, y aunque se legalice “no se debe confundir lo legal con lo saludable”.