Mérida, Yucatán, 5 de diciembre de 2023.-
Por: Ing. Alfonso A. González Fernández.
Consejo Mundial de Ingenieros Civiles (WCCE)
Past President
ingenieroalfonsogonzale@gmail.com
@alfonsoengineer
Ante la gran oportunidad para aprovechar la temporada estacional por las preferencias ciudadanas, que estamos comenzando a vivir o padecer, seamos de lo más exigentes sin ser exquisitos para fijar nuestra posición ante lo que en verdad requerimos para avanzar con rumbo al progreso.
Las dos verdaderas posiciones que existen (a favor o en contra) nos exigen analizar los mensajes y los contenidos que lanzan, pero sobre todo, las bases que las sustentan, para no irnos del lado por donde “cantan las sirenas” o por donde se lanzan propuestas redentoras.
La plataforma de lanzamiento es la realidad que vivimos actualmente, sea la que fuere, así que invariablemente es la base desde donde debe comenzar nuestro análisis.
Dicha plataforma nos debe ayudar a visualizar con claridad lo que nos garantice y no solo ofrezca mayor bienestar colectivo, sino el verdadero rumbo con el respeto a la sustentabilidad, lo cual debe ser demostrable.
Los lamentos y arrepentimientos son cosa del pasado, por lo que el futuro que debemos gestionar debe considerar íntegramente lo anterior para avanzar y ser mejores.
Sobre todo, dejar de firmar “documentos en blanco” a quienes actúan, proyectándose como paladines de nuestro futuro, ya que, según dicen “conocen los problemas y hasta comentan, ser dueños de una varita mágica para lograrlo”
Preceptos
Dentro de los considerandos para conocer lo que se presume y se ofrece durante las campañas, es importante tener claros los objetivos que persiguen y lo que lograremos con ellos, es decir, las bases de sus propuestas.
El segundo aspecto a considerar es la certeza de tener una visión despejada de lo que se procura, es decir un plan integral de desarrollo y crecimiento debidamente articulado, con una columna vertebral que permita reorientar y fortalecerse.
Es importante destacar que los objetivos deben ser tangibles y alcanzables, en plazos igualmente mensurables y realizables con tiempos establecidos, para evitar contaminaciones laterales.
Ante todo, han de ser realistas sin dejar de ser ambiciosos, pues su función es guiar y motivar a la sociedad para continuar con el trabajo y superar las condiciones actuales.
Necesariamente tienen que estar relacionados y ser consecuentes, además de tener la capacidad de poder ser actualizados con el paso del tiempo.
Lo anterior con el fin de evaluarlos constantemente y hacer las correcciones a imprecisiones o ajustes necesarios, pero lo más importante, es que no pierdan la senda, esencia, actualidad y razón por la cual fueron creados.
Crecer económicamente es un asunto toral para todos, sin embargo, hay que encontrar una proporción equilibrada para lograrlo adecuadamente.
Riqueza
Nunca será motivo de vanagloriarse o fanfarronear, que el aumento de riqueza pueda traer la reducción de las desigualdades, más bien es al revés.
La reducción de desigualdades es lo que logra proporcionar formas y maneras a través de las cuales, los ciudadanos puedan alcanzar e integrarse a una mejor vida económica.
Con el aumento de riqueza individual y consecuentemente colectiva, lograremos crear una espiral en la que todos salimos ganadores.
Por estas razones, todas las ofertas de mejores infraestructuras, deben tener el respaldo técnico y garantía de viabilidad económica a fin de evitar ilusiones o embaucamientos difíciles de cumplir, pues luego justificarán con el viejo y trillado argumento, de que no hubo presupuesto o lo que les sea más conveniente y barato.
Cuando hablamos de desigualdades nos referimos no solamente al ingreso o poder de compra, sino al acceso a la salud, a la educación, a la justicia, a la ciudad y a los bienes comunes.
Causalidades
En la relación existente entre las causas y efectos que se dan al momento de proponer cualquier obra, resulta fundamental tener claro que lo más importante de ellas, es que sean de verdadero uso y aprovechamiento colectivo.
Con este punto de vista, podemos establecer que el espíritu que nos debe mover es el de incorporar la innovación racional a los objetivos que se pretendan.
Solamente a través de la innovación sustantiva, lograremos la transformación de la vida económica en algo real, en tiempo y costo.
Esta proposición nos ayudará a derribar el impresionante aumento de las desigualdades existentes, sobre todo en los últimos años.
Los ingresos son solamente una parte en el avance de las desigualdades, pues estas mismas desigualdades, limitan y hasta bloquean la posibilidad de participación de los ciudadanos en la creación de riqueza.
La profunda encrucijada que se nos presenta sortear en esta temporada, es la de avanzar con rumbo, ante un horizonte en el que la consolidación de nuestra incipiente democracia nos exige evaluar resultados y objetivos cumplidos para continuar cuesta arriba.
Es importante tener en consideración, los reiterados casos de corrupción y mal uso de los fondos públicos que, sumado a la fuerte desigualdad que ha persistido, nos ayuda a perfilar y esquematizar un cuadro que tiene que servirnos para determinar nuestras preferencias.
El dogma y el fanatismo, no forman parte de la ecuación a la hora de decidirnos, sino, tal como hemos expuesto, es fundamental razonar para decidir, de manera práctica y horizontal lo mejor para nosotros y nuestra sociedad.
Todas las promesas, ofertas o anuncios que escuchemos y leamos, tienen que ser tamizadas, al menos a través de los filtros de: a) objetivo, b) beneficio colectivo, c) costo, d) tiempo, pero sobre todo y en donde se encierra todo, e) Sustentabilidad.
A modo de conclusión podemos reseñar, que para avanzar con rumbo fijo hacia un destino superior, en donde la reducción de desigualdades en infraestructura, desarrollo planificado, crecimiento ordenado, mejoramiento económico y en servicios, sean una realidad y cesen de ser solamente, promesas de campaña o utopías, para hacerse de las preferencias de nuestras decisiones electorales.
Corolario.
“Reducir desigualdades, forma y medio para generar mayor riqueza, y no al revés”