¿Cuál es el mejor momento para solicitar un crédito y qué normas debo cuidar?
¡Qué gran emoción genera saber que ya se acercan los días de descuento y promociones! Y ello se debe a que con la llegada de este mes las tiendas se preparan para ofrecer rebajas y esto es muy atractivo para adquirir lo que se requiera como alguna pantalla, una computadora o un electrodoméstico y ante esto se empiezan a hacer cuentas para ver si se tiene el dinero para comprarlo o si se deberá solicitar algún crédito. Si bien es importante satisfacer una necesidad, es relevante cuestionarse ¿realmente debo adquirir un crédito? y ¿cuál es el momento propicio para solicitar uno?
Uno de los principales temores que se presentan al adquirir un crédito es pensar si realmente se tiene la capacidad económica para pagarlo. Es probable que se hayan visto a amigos o familiares sufrir por años para realizar el pago de un crédito que por meses los ha estado desfalcando. Otros, han preferido recurrir al sistema de pago a “meses sin intereses”, pero para obtener este beneficio también es necesario la adquisición de una tarjeta de crédito y, aunque en su pago existe la ventaja de no tener que pagar intereses, el problema sigue siendo el mismo. Es decir, si no se tiene la prudencia de calcular la capacidad de pago o si tampoco se cuenta con la disciplina o la educación financiera para hacer los pagos a tiempo, seguramente se pagará más de lo que se esperaba y esto afecta la economía por haber hecho más de una compra “a meses sin intereses”.
Recomendaciones básicas para solicitar un préstamo
Para Creditea, la primera norma para solicitar un crédito es tener presente que se trata de “dinero prestado”, es decir, no es dinero propio. Si se considera este punto se evitará disponer de este recurso pensando en que no se tendrán mayores problemas en el futuro. En realidad, se trata de dinero que se debe de regresar lo que también significa que, si no se tiene cuidado, seguramente nos estaremos robando dinero a nosotros mismos que en el futuro se necesitará para hacer otras compras.
Es entonces que viene el segundo paso, saber cuál es la capacidad de pago que se tiene. Aquí siempre se recomienda que el dinero que se vaya a pagar a lo largo de un tiempo determinado (6, 12, 24 meses o más) no rebase más allá del 40% de los ingresos después de haber cubierto los gastos que no se pueden aplazar como la luz, gas, teléfono, renta, despensa, entre otros.
Un tercer consejo, cuando se recurre al uso de pago a “meses sin intereses” es no caer en el espejismo de que se está pagando un dinero que no generará ningún costo extra. Es importante considerar que si te atrasas un pago inmediatamente se cobrará el interés del monto no pagado como si fuera crédito revolvente.
También hay que evitar varias compras pensando en que el pago es chico y a 24 meses. Si se suman varios pagos pequeños al final se corre el riesgo de exceder el monto que se puede pagar y esto afectará de manera considerable toda la economía para cubrir otros gastos.
En este sentido es de suma importancia ver la vigencia del producto que se va a comprar, ya que si se compran los regalos de Navidad para pagarlo a 24 meses, cuando llegue la Navidad del otro año es muy probable que todavía se deba la compra anterior y, por ende, que se siga pagando esa deuda.
Entonces ¿cuál es el mejor momento para solicitar un préstamo?
La decisión de solicitar un préstamo se debe pensada arduamente. Pedir prestado solo es sensato si el dinero está destinado para algo específico y los beneficios de los préstamos son a largo plazo, lo que quiere decir que la obligación financiera que se está por adquirir tiene un propósito para los próximos meses o años.
En ocasiones, se necesita el dinero para pagar cosas inevitables como algún problema en el hogar, salud o educación. Sin embargo, si el dinero es para financiar unos zapatos en oferta o un abrigo, es recomendable que no se solicite el préstamo y se haga la compra con el dinero propio.[1]
En Creditea se está consciente de todos estos pormenores y por ello la compañía ofrece préstamos personales acordes a la capacidad de pago de los clientes, además de que procura acompañarlos en todo momento para brindarles asesoría y evitar que la adquisición del artículo que tanto quiere no se convierta en una carga para el futuro.