Ciudad de México, 27 de diciembre de 2022.-
Atrajo el interés de un fondo de inversión de Estados Unidos, expuso Gabriel del Río Guerra.
Hay proteínas en polvo, pero no se producen de manera sustentable, dijo.
Investigadores del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM elaboran una proteína que cuente con la cantidad adecuada de aminoácidos esenciales y nutra apropiadamente a adultos mayores y personas con diversas enfermedades, quienes no pueden procesar las proteínas de los alimentos naturales.
El investigador Gabriel del Río Guerra, quien dirige a este grupo de expertos, explicó que por la tecnología desarrollada hasta ahora se registró una patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial y ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.
Su invención atrajo el interés de un fondo de inversión de Estados Unidos, el cual les apoya para desarrollar pruebas y escalar su producción, a fin de comercializarla.
Con su invento también buscan atender otras problemáticas. Al respecto, el investigador comentó que la forma en que actualmente producimos alimentos no garantiza que en el futuro se contará con todos los que requerirá la población mundial, en crecimiento. Esta elaboración no es sostenible en el largo plazo y tiene importante impacto en el medio ambiente.
Muestra de lo anterior, prosiguió, es que 92 por ciento del agua dulce que existe en el planeta se destina a la agricultura y ganadería -las cuales contribuyen de manera importante a la generación de gases de efecto invernadero-, y sólo ocho por ciento para nuestra higiene e hidratarnos.
¿Alimentos idóneos?
El experto en Bioquímica y Biología Estructural estimó que de 35 a 40 por ciento de la población no se beneficia con los alimentos actuales. Y ejemplificó: quienes tienen la enfermedad hereditaria de Fenilcetonuria no pueden procesar las proteínas de origen animal o vegetal, pues contienen el aminoácido esencial Fenilalanina.
“Al no poderlas degradar empiezan a acumular compuestos nitrogenados en el cuerpo que los intoxican. Estas personas no pueden consumir las cantidades de proteína que un humano requiere y tienen problemas de nutrición y desarrollo. Se estima que entre el uno y tres por ciento de los humanos presentan enfermedades como la Fenilcetonuria”, señaló.
Otro grupo lo representan aquellos con padecimientos crónicos de los riñones, problema en aumento en México y Estados Unidos, debido al incremento del sobrepeso y la obesidad que conllevan al Síndrome metabólico, alteraciones cardiacas y diabetes. En la Unión Americana se calcula que aproximadamente 15 por ciento de la población adulta enfrenta estas afecciones.
Se suman las personas de la tercera edad o mayores de 65 años. A partir de los 40 años inicia un proceso de envejecimiento fisiológico normal que implica la pérdida de la función y de masa muscular, conocido como sarcopenia, explicó Del Río Guerra.
“Se estima que, a partir de los 40 años, cada década pierde un ocho por ciento de masa o función muscular. En Estados Unidos, entre un cinco y 10 por ciento de los mayores de 65 años necesita de asistencia para moverse -bastones o algún tipo de aditamento- y entre las personas de más de 80 años aumenta al 50 por ciento
“En Singapur, donde tienen una dieta menos rica en proteínas y son más vegetarianos, el 50 por ciento de las personas de 65 años ya requiere de asistencia para moverse, lo cual nos indica que para evitar que se presente la sarcopenia de manera acelerada, es necesario hacer ejercicio y tener una dieta rica en proteínas”, agregó.
Sin embargo, en la medida que envejecemos también se pierde apetito y los alimentos ricos en proteína con los que se cuenta, no son los adecuados para ese grupo de edad.
“Uno se puede comer, por ejemplo, un pastel con mucha grasa y carbohidratos y se siente lleno, pero si ingieres medio kilo de filete de res te puede generar sensaciones de taquicardia, sudoración, vómito, náuseas; la reacción del cuerpo ante un exceso de proteínas es mucho más crítica”, refirió el experto.
Del Río Guerra precisó que actualmente se ofrece proteína en polvo derivada de la leche de vaca o del chícharo, que pueden resolver parte del problema de la nutrición, pero no son suficientes y se producen bajo procesos no sustentables. Además, esta presentación en polvo no es muy agradable al gusto.
“Quienes promueven el consumo de proteínas en polvo son los atletas de alto rendimiento o personas que quieren desarrollar musculatura y están dispuestos a sufrir un poco en esa parte del gusto para conseguir el objetivo de desarrollar masa muscular”, dijo.
La proteína que desarrollan los científicos de la UNAM cuenta con la proporción óptima de los aminoácidos esenciales, es decir, los que se requieren consumir diariamente para el funcionamiento de nuestro cuerpo y para ello utilizaron diseño computacional. También se apoyaron en lo que se conoce como evolución dirigida para identificar una célula que produce más de la proteína que diseñaron.
En la naturaleza, insistió, no hay planta o animal con estas características pues no están diseñados para alimentarnos, sino para sobrevivir en el entorno donde crecen. “Nosotros hemos venido usándolos porque es la forma como aprendimos tempranamente a alimentarnos, pero hoy, gracias al entendimiento que tenemos de la nutrición, podemos ver que esto que hemos hecho a lo largo de miles de años no es lo óptimo”.