Ciudad de México, 13 de octubre de 2022.-
Los universitarios Juan Wolfgang Zinser Sierra y Arturo Jiménez Sánchez explicaron las bondades de esta técnica consolidada, por la cual tres científicos obtuvieron el Premio Nobel de Química 2022.
Provocar una reacción química específica y novedosa al unir dos moléculas -como si fueran piezas de Lego, algunas tienen protuberancias y otras agujeros- es posible con la llamada “química click”, una técnica consolidada en 2008 para crear nuevas moléculas de interés farmacéutico y nuevos materiales.
Los ganadores del Premio Nobel de Química 2022 fueron los científicos Carolyn R. Bertozzi, de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos; Morten Meldal, de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca; y, por segunda ocasión, K. Barry Sharpless, del Instituto Scripps de Investigación, de EUA, quienes la popularizaron y hoy se utiliza en diversos laboratorios del mundo, entre ellos de la UNAM, dijo Arturo Jiménez Sánchez, investigador del Instituto de Química (IQ) de la Universidad Nacional.
En la conferencia de medios a distancia “El Premio Nobel de Química 2022, una muestra de hacer que los procesos difíciles sean más fáciles”, Jiménez Sánchez recordó que hace 25 años los profesores Meldal y Sharpless tenían conceptualizada la “química click”. Y la profesora Carolyn Bertozzi, aproximadamente en el año 2000, incorporó una pequeña rama que denomina química bioortogonal.
“Representan una clase de reacciones químicas de alto rendimiento, muy eficientes, que proceden rápida y selectivamente en condiciones relativamente normales para que puedan ser utilizadas en un ambiente biológico, es decir, sin que experimenten reacciones laterales, no deseadas, con grupos funcionales endógenos, es decir, entidades químicas que están presentes y forman parte del metabolismo celular”, comentó.
La “química click” sirve para realizar, en tiempo real, y visualizar, con ayuda de microscopía óptica, diversas reacciones, por ejemplo, de azúcares en las membranas de cada célula epitelial de un modelo de pez cebra, con la que Bertozzi comprobó la eficiencia de la técnica.
“Es toda reacción entre dos entidades moleculares que pueda no necesitar de mucha energía para lograrse. Que pueda ser una reacción rápida y altamente eficiente, es decir, en donde no vayan a haber subproductos, y si los hay, que se puedan remover muy fácilmente del sistema, es decir, es una reacción que tiende a simplificar”, abundó.
Juan Wolfgang Zinser Sierra, médico oncólogo de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, indicó que esta técnica aporta a la medicina la manera de unir moléculas, alterándolas de la menor forma posible; permite crear medicamentos y mejorar algunos existentes, para diferentes enfermedades, incluido el cáncer.
“Poder unir moléculas ha permitido la creación de algunos medicamentos donde lo que se hace es tomar una droga que ya se sabe que es útil para un determinado cáncer, pero buscando una mayor selectividad y ser más específicos en el ataque a la célula, en la destrucción de la célula sin dañar otros organismos, es poder hacer que esta unión del medicamento sea más específica en la célula tumoral”, precisó.
Zinser Sierra rememoró que en esta técnica las moléculas se unen de una manera fácil, de forma parecida a piezas de Lego; gracias a ella se crean medicamentos conjugados, más concentrados en las células. Además se crearon medicamentos anticoagulantes y para infecciones.
Jiménez Sánchez agregó que también se utiliza en el desarrollo de nuevos materiales, y subrayó la importancia de visualizar los procesos químicos de laboratorio con ayuda de microscopía óptica.