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Mérida, Yucatán, 11 de octubre 2022.-
Los integrantes de los cuerpos de investigación han aportado conocimiento y avances, y participan en la formación de futuros profesionales de la salud y de ciencias sociales.
El desarrollo e innovación de la investigación científica, la transferencia de ese conocimiento y la interacción con la comunidad, son pilares que sostienen al Centro de Investigaciones Regionales (CIR) “Dr. Hideyo Noguchi”, que cumplió 47 años de historia, afirmó el rector de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), José de Jesús Williams.
Al inaugurar las jornadas académicas que se realizan en el marco del aniversario, José Williams indicó que la historia del centro con investigadores comprometidos con su entorno deja a la vista un trabajo cumplido con los compromisos originales del desarrollo y transferencia de conocimiento.
“Esto fortalece la visión del modelo global de redes del conocimiento que genera fortalezas y beneficios para todos”, agregó.
En tal sentido, extendió una felicitación a quienes integran los cuerpos de investigación por asumir ese compromiso de aportar conocimiento y avances, pero sobre todo por participar en la formación de futuros profesionales de la salud y de ciencias sociales.
En su turno, la directora del CIR-UADY, Eugenia Guzmán Marín, señaló que el Centro de Investigaciones está siempre en constante búsqueda por contribuir al bienestar de toda la sociedad.
“Los avances que hemos tenido han permitido enriquecer los planes y programas de estudio que ofrece nuestra Universidad, formar nuevas generaciones de científicos en las áreas médicas y sociales que contribuyan al desarrollo de nuestra sociedad y realizar investigaciones relacionadas con los principales problemas que aquejan nuestro estado y región”, apuntó.
Recordó que el CIR fue fundado en 1975 con el propósito de realizar investigaciones sobre problemas relacionados con salud, difundir el conocimiento en el desarrollo de escuelas y facultades de la Universidad.
Al concluir la inauguración, se llevó a cabo la conferencia magistral “Historia de la leishmaniasis mexicana en la Península de Yucatán” impartida por el profesor investigador José Andrade Narváez, donde aclaró que el transmisor natural de la leishmaniasis en Yucatán es el phlebotomus flaviscutelatus (moscas de arena).
Explicó que ésta, es una enfermedad parasitaria diseminada por la picadura de un mosquito infectado, las más comunes son la cutánea y la visceral, el tipo cutáneo causa llagas en la piel y el tipo visceral afecta los órganos internos, tales como el bazo, el hígado y la médula ósea.
“La transmisión de las moscas de arena, mejor conocidas, se hacen más efectiva a la caída de la tarde, manteniendo este ritmo hasta horas antes de la medianoche”, señaló.
Detalló que uno de los factores específicos para contraer la enfermedad es la pobreza, ya que esta aumenta el riesgo por las malas condiciones de vivienda y las deficiencias de saneamiento de los hogares, por ejemplo, la ausencia de sistemas de gestión de residuos o el alcantarillado a cielo abierto pueden promover la cría.
Sobre el periodo de incubación, comentó que puede fluctuar entre las dos y diez semanas, aunque hay informes de casos en que el periodo ha sido tan largo como de un año o más.
La primera manifestación, es de una pápula eritematosa en el sitio de la picadura y que al cabo de dos a seis semanas se úlcera.
“El diagnóstico temprano y la atención eficaz a los casos reducen la prevalencia de la enfermedad, previenen la discapacidad y la muerte, ayudando a reducir la transmisión y a controlar la propagación y la carga de la enfermedad”, aseveró.
Por lo tanto, el investigador destacó que en el transcurso de los años y con el avance de los recursos científicos, el conocimiento de esta entidad clínica se ha ido perfeccionando cada vez más, no sólo en lo relacionando a sus manifestaciones en el hombre, sino también en lo que concierne a la clasificación biológica del agente etiológico, al transmisor, a los mecanismos de transmisión y al ambiente ecológico necesario para su prevalencia.
